Este Joven inventó LADRILLOS hechos con BASURA PLÁSTICA para ayudar a personas de bajos recursos

Edgar Edmund Solarpedia
Edgar Edmund Solarpedia

Cuando Edgar Edmund tenía tan solo 15 años, fue testigo una gran inundación que arrasó con las casas de barro de los habitantes de su pueblo. Decenas de personas murieron y miles quedaron sin hogar después de semejante catástrofe.

En Tanzania, el país de origen de Edgar, las personas de bajos ingresos no pueden permitirse pagar cemento para construir casas más robustas. En cambio, las mismas solo tienen techos de metal, y es por ello que cuando llegan las inundaciones en la temporada de lluvias, las paredes de barro se disuelven. Sin embargo, estas mismas aguas que destruyeron comunidades también trajeron algo con ellas: una vasta marea de desechos plásticos.

Fue ahí cuando, al ver todas esas botellas de plástico vacías flotando en las subidas de agua, se le iluminó la mente a Edgar.

Supo que con una buena idea podría encontrar una solución conjunta a dos grandes problemas que enfrentaba su comunidad: una de ellas era la falta de viviendas seguras y la otra, la contaminación plástica. Y así fue como con tan solo 20 dólares estadounidenses en su bolsillo, decidió dar inicio a Green Venture Tanzania, una empresa local que recicla residuos plásticos para transformarlos en materiales de construcción.

Los primeros días de gestión de Green Venture Tanzania fueron muy desafiantes para Edgar. Él había gastado 20 dólares en hacer un horno prototipo para el plástico, y luego se las arregló para conseguir 100 dólares en una feria de ciencias para hacer algo más avanzado: una máquina para fundir plástico que convierte los residuos en baldosas y ladrillos de forma limpia y sostenible.

De más está decir, que ha tenido éxito. Actualmente, Edgar ya no trabajo solo, sino que cuenta con más de 100 personas trabajando en la recolección de residuos plásticos como trabajadores suyos a tiempo parcial.

Edgar Edmund

Hasta el momento, Green Venture Tanzania ya ha podido reciclar más de 20 mil kg de residuos plásticos, el equivalente a 1,2 millones de bolsas de plástico, y lo han utilizado para fabricar paredes y edificios. Además, han educado a más de 4 mil niños de escuelas de la zona en materia de sostenibilidad ambiental.

De una simple idea de 20 dólares, Edgar Edmund ha levantado una empresa valorada en un cuarto de millón de dólares.

En reconocimiento a esto, nuestro joven emprendedor ha ganado muchos premios. Recibió el premio Anzisha, que se otorga a los jóvenes emprendedores africanos más innovadores. El año pasado ganó el Children’s Climate Prize 2017, que se le fue entregado en Suecia. Recordemos que Edgar cumplió 18 hace solo un par de meses, pero sus ambiciones para combatir la contaminación plástica no tienen límites. Nunca se es demasiado joven para iniciar grandes ideas.

Según el sitio web de datos del consumidor The World Counts, este año 2021 se utilizarán 5 billones de bolsas de plástico. Si las colocamos una detrás de otra, estas podrían dar la vuelta al mundo 7 veces. Y, por si fuera poco, para el 2050 se estima que tendremos más plástico que peces en el océano. Pero Edgar asegura que con ese plástico desechado se puede aprovechar para construir casas, escuelas, hospitales, campos de refugiados y edificios comerciales para fortalecer economías, no solo de su país, sino de todo el mundo.

Si la idea detrás de Green Venture Tanzania se aplicase a escala global, ¡Se podría solucionar el problema de la contaminación plástica de una vez por todas! Y al mismo tiempo, se podrían crear nuevos empleos y acabar con la pobreza.

Recuerde: ¡No se necesita un título universitario para darle un mejor uso a una botella o bolsa de plástico!


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